02 marzo 2009

ESENCIA VITAL


A veces quisieras averiguar tantas cosas...
como,¿de quién era el soplo del aire
dentro de la burbuja de jabón?,
o ¿cómo ignora el perdigón el blanco
y quién lo dispara?, o lo reversible
de la cinta de la máquina de escribir,
o ¿por qué ladra un perro desde el cancel
de una casa vacía?...

Otras veces, creo que por un factor de
ósmosis y empatía, siento trasmitir
parte de mi alma a las cosas, y soy capaz
de entablar monólogos con una planta
o una roca, como si estableciera con ello
una simbiosis callada de entendimiento.

¿O es el carácter o el temperamento
el termómetro que mide tus impulsos
y conducta?; instantes, momentos, espacios,
tiempo, ¿en dónde permanece la esencia vital
y cómo lograr hacerla perdurar y hasta cuando?

Marcelino Menéndez González

LO INESPERADO


Ni yo soy el mismo
ni el entorno es igual;
cuando naufraga una relación
y sólo queda el rumor de las palabras,
es como algo que arde sin verlo
y ves el humo de un desdén...
y se perfilan los bordes de la tristeza
y la tarde va a morir en los caminos.

Son hechos que pasan pero, hay que
dejarlos ir, desprenderse de ellos,
porque ya no se encaja allí, en ese lugar,
en ese corazón, en esa casa. ya que
nada se queda quieto ni permanece estático.

Eso sí, dejando la puerta entreabierta
ante sensaciones que no clausuran, ya que
el cauce no debe esclavizar al río y la vida
sigue y es así, un desafío permanente
ante lo inesperado...

Marcelino Menéndez González

LO QUE ERES (toti en einai)


A mi amigo Soren Peñalver.

Sólo sé que no sé, lo que son los tonos
de un misterio invisible, ya que todos
los sonidos te los da el silencio.

Y cuando los caminos se pierden,
habrá que buscar allí el cómo hallar
el sendero que pueda llevarte a tu destino,
ya que a veces donde estoy es, donde
no debo estar, pareciendo lo que no soy.

Y me pregunto ¿para qué soñar si no hay
sueños? y en la nada ¿ todo es infinito?.

A veces pienso que somos como una peonza
de distintas franjas de colores pero que,
al girar a gran velocidad se diluyen en uno solo,
y así acabamos siéndolo, como un ser
finito creado, en su propio crisol de vida,
rotando alrededor de nuestro propio mundo.

Marcelino Menéndez González

MÁGICO EQUILIBRIO


Quiero ser optimista
y grabar en las pupilas
el nacer de las auroras
y las caricias disfrutadas.

Olvidar los caminos equivocados
y no confundirme, creando la luz
en la noche sin luna, con el brillo
de las estrellas; imaginar cómo el sol
ignora las sombras y olvidar que,
en el andén de la soledad los viajes
son interiores y los trenes se marchan...

Quiero pues, generar mis propias vibraciones
que estén en movimiento, con un flujo
constante de energía vital y que me proyecte
siempre hacia la realidad, de un sano bienestar
y un logro espiritual capaz de darme
un sosiego interno, llenando los espacios vacíos
de equilibrio, esencia, sentido y vida.
Marcelino Menéndez González

RECAPITULAR


¿Es que la luz en lo oscuro
de la paz interior, sólo es a través
de la conciencia y la espiritualidad?
¿o dónde la existencia es la realización
de la esencia, hasta que se transforme
como espíritu de luz?...

Y como dijo Aristóteles, para que algo
sea lo que es; aunque, ¿ tanto ser sea
como forma?.

Y es que seguimos abrazándonos
en falsedades de palabras, actitudes
y sentimientos, para esconder nuestro miedo;
y es que no tomamos ese riesgo
de no destruir esas pesadas paredes,
que insistimos en construir.

Al final, la tarde se va llevándose la luz
y se marcha sin hacer ruido...

Marcelino Menéndez González

SIN NOMBRE



En un contacto imprevisto e insospechado
con la conciencia, supe aprender que
hay que dejar ir, desprender y soltar lo
que ha sucedido, ya que lo pasado
no se puede cambiar...

Hay que llenar entonces los espacios
de pensamientos e inquietudes, y tratar
de centrarlos en objetivos razonables,
manteniendo el control de una ingeniería
mental y espiritual, sin desprenderse de
la sensibilidad con la realidad, unificando
la voluntad en un sólo sentido, renunciando
a lo que no se necesita, sin esperar
que todo se haga por sí mismo...

Marcelino Menéndez González